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domingo, 2 de noviembre de 2014

Cuento sobre la diversidad.



La escuela de la selva.

Había una vez, una escuela en medio de la selva, donde iban todos los animales. Todos acudían muy contentos a aprender y a jugar, hasta que un día, el grupo de los hermanos leones, como eran los hijos del jefe del pueblo, decidieron que algunos animalitos no podían jugar con ellos en los recreos.
_ Eres muy lento _ le dijeron al caracol.
_ Y tú muy torpe con esas patas tan largas. El otro día te enredaste con ellas y te caíste_. Le dijeron a la jirafa.

Y de esta forma, no dejaron jugar al elefante porque era muy grande y a veces les pisaba, al hipopótamo porque era muy gordo, al cuervo porque sólo sabía volar y al erizo porque si se despistaba, los pinchaba con sus púas.
Pronto en el recreo hubo dos grupos: el de los animales rápidos y bonitos y el de los animales que ellos consideraban diferentes a ellos sólo porque no eran capaces de correr rápido en el patio del recreo. Algunos animales intentaron hacerles comprender que había más juegos que correr sin parar en los que todos podrían participar, pero no quisieron saber nada de cambiar a otro juego en el que no fuesen los mejores.
Sucedió que un buen día el río que pasaba por el pueblo en el que vivían comenzó a llevar muy poca agua, hasta que terminó secándose y como era verano y hacía mucho calor, los animalitos comenzaron a pasar sed al secarse los pocos charcos que había.
Se reunieron todos los papás y mamás de los animalitos en asamblea y decidieron que irían río arriba para ver qué había sucedido con el agua.


El jefe león envió a la mamá cuervo para investigar. Uno de los cachorros leones dijo:
_ Tendría que ir uno de los animales que sabe correr rápido, el cuervo es lento comparado con nosotros_. Pero el papá león, no hizo caso.
Al cabo de unas horas, volvió la mamá cuervo y les dijo que parte de una montaña se había derrumbado sobre el río y lo había taponado y por eso el agua no podía pasar.
Todos los animales se pusieron en camino para solucionarlo.
Al llegar, los animalitos al igual que hacían en el patio del recreo, quisieron lucirse, pero resultó que ser los más rápidos corriendo, tener las rayas más bonitas o las garras más afiladas, no servía para nada y tuvieron que quedarse apartados viendo como sus compañeros hipopótamos con su fuerza, ayudaban a los mayores a quitar piedras del río. Las torpes jirafitas podían ver con sus largos cuellos cuáles eran las piedras que debían quitar primero y las arañitas tejieron varias cuerdas muy fuertes que ayudaron a coser los erizos con sus púas para que los elefantes pudiesen tirar con sus trompas de las piedras más pesadas.
Los animalitos comenzaron a sentirse mal viendo cómo el agua volvía al cauce del río y ellos no eran capaces de ayudar. Cuando por fin quitaron todas las rocas y piedras, volvieron todos al pueblo. Los animalitos que en su día pensaban que eran los mejores, iban tristes y cabizbajos mientras los otros papás felicitaban a sus compañeros por haber ayudado tan bien.

Al día siguiente, cuando llegaron a la escuela, estaban muy avergonzados y al salir al recreo, se sentaron en un rincón.
Sin embargo, se quedaron muy sorprendidos cuando se les acercaron un par de jirafas y un elefantito y les invitaron a jugar.
_ Pero si nosotros nunca os dejamos jugar con nosotros_ dijo un sorprendido tigre. A lo que contestó el elefantito:
_ A nosotros no nos importa. Sólo queremos que todos juguemos juntos y lo pasemos bien. Aunque no ganemos jugando a correr. Hay otros juegos en los que podemos ganar, aunque lo que realmente importante es jugar todos juntos, no quién sea más rápido o mejor. Cada uno de nosotros es bueno en una cosa como visteis ayer en el río. Aunque somos muy diferentes entre nosotros, todos sabemos hacer algo bien y que sirva para ayudar a los demás cuando lo necesitan. Eso, es lo importante.

Y desde aquel día, los animalitos volvieron a jugar todos juntos. Unos días tocaba correr y otros saltar, trepar o nadar. Ya ni les importaba quién ganaba, porque al fin y al cabo lo importante, era que juntos, se los pasaban mejor.

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